Análisis de la Reforma Pensional en Colombia: Implicaciones y Perspectivas

Por Álvaro Sepúlveda Franco, junio 26 de 2024

Foto: tomada de  Caracol

Luego de más de 50 modificaciones durante el proceso legislativo, el pasado viernes 14 de junio fue aprobada en sesión la plenaria de la Cámara de Representantes (con 86 votos positivos y 37 en contra) la reforma pensional, “Cambio por la vejez”, que entrará a regir a partir del 1 de julio de 2025. Sólo queda pendiente la sanción presidencial para que sea una Ley de la República.

La necesidad de reformar el Sistema de Protección Social Integral para la Vejez, Invalidez y Muerte vigente desde hace 30 años en Colombia surgió ante sus principales problemas de insuficiencia, inequidad y sostenibilidad financiera, lo que hace que apenas el 25 % de la población en edad de jubilación pueda pensionarse. El proyecto aprobado garantiza la solidaridad para todos, la universalidad y la eficiencia, principios consagrados en el artículo 48 de la Constitución Nacional que hoy no se cumplen.

Actualmente, los fondos públicos y privados tienen condiciones y beneficios distintos para el acceso a la pensión: en Colpensiones (con el 26 % de afiliados y el 84 % de pensionados) hay un sistema de reparto intergeneracional, en el cual con lo que los trabajadores de hoy cotizan se les paga a los ya pensionados; en los fondos privados, del aporte de cada cotizante, sumado a los rendimientos de las inversiones que el fondo haga con ese dinero, saldrá su propia pensión. El régimen público, además, tiene a los antiguos jubilados de los regímenes especiales, que gozan de pensiones muy altas.

Dado que los aportes de sus afiliados no es suficiente, el Estado tiene que subsidiar con 18 billones de pesos mensuales a Colpensiones, fuera de los 9.5 billones para el programa “Colombia Mayor”.

Entre los principales ejes aprobados de la reforma, están:

  1. Se elimina la disparidad entre el régimen privado y el público, que hasta ahora tienen reglas diferentes para acceder a la pensión y definir su monto. Se busca que dejen de competir y se hagan complementarios.
  2. Se establece un umbral de 2,3 salarios mínimos (cerca de 3 millones de pesos) para cotizar en Colpensiones; la propuesta inicial del gobierno era de 4 salarios mínimos. A partir de ese umbral, la cotización deberá ser en los fondos privados, donde habrá limitaciones a los subsidios.
  3. El Banco de la República se encargará de la administración del fondo público.
  4. Los recursos del sistema pensional son de naturaleza pública y parafiscal. Por consiguiente, no pertenecen a la Nación ni a las entidades que los administran, y sólo podrán ser usados para los fines propios del sistema: pensiones, subsidios, rentas, indemnización y devolución de saldos. Habrá un monitoreo permanente para evaluar los parámetros y recomendar periódicamente ajustes, de ser necesarios, al Ejecutivo y al Congreso.
  5. El sistema de pilares pasa de tres a cuatro: 1. El solidario (renta básica a abuelos sin pensión y en pobreza extrema); 2. El semicontributivo (renta vitalicia a personas sin el número mínimo de semanas cotizadas); 3. El contributivo (dividido en Régimen de Prima Media para ingresos de 1 a 2,3 s/m y Ahorro Individual para ingresos de 2,3 a 25 s/m, y sólo aplica a los colombianos residentes en el país); 4. El ahorro voluntario (opción de cotizar más para obtener una mejor pensión). De esta manera se fortalece e incentiva el ahorro individual pensional. Todo ciudadano logrará cobertura de algún tipo en función de su ahorro y los más vulnerables tendrán un mayor apoyo del Estado.
  6. En el pilar contributivo, los hombres deberán completar 1.300 semanas cotizadas; para las mujeres, se reducirán 25 semanas desde 2025 hasta llegar a las 1.000 semana en 2036. A las mujeres que no completen las semanas requeridas se les descontarán 50 semanas por cada hijo (hasta un máximo de tres) hasta llegar a un mínimo de 850 semanas, reconociendo así la dedicación de la mujer al cuidado de los hijos.
  7. En el pilar solidario (del que serán beneficiarios las personas pertenecientes a los pueblos indígenas y pueblos afrocolombianos, raizales y palenqueros que se encuentren en el Censo registrado en el Ministerio del Interior), las mujeres recibirán un subsidio si tienen 60 años, y los hombres a partir de los 65.
  8. Se hará un incremento gradual en la edad de jubilación para disminuir el impacto en los trabajadores actuales. La edad para pensionarse seguirá en 62 años para los hombres y en 57 para las mujeres.
  9. La tasa de cotización será la misma: el 16 % del salario (12 % aportado por el empleador y 4 % por el afiliado).
  10. Las semanas requeridas de cotización también siguen siendo las mismas 1.300, al igual que el porcentaje del salario que se recibirá como mesada, que en Colpensiones oscila entre el 65 % y el 80 % del valor promedio de los ingresos de los 10 años previos a la pensión.
  11. El Fondo de ahorro se dividirá en “cuentas generacionales”, de tal manera que los recursos contribuidos por cada generación al Fondo se usarán únicamente para pagar las pensiones de esa generación.
  12. Habrá una distribución más equitativa entre empleadores y empleados que permita un equilibro en favor de la sostenibilidad del sistema y una mayor protección a los trabajadores.
  13. Se incrementa el número de ciudadanos que en su vejez tendrá un ingreso que le permitirá salir de la extrema pobreza: se pasará de pagar 80.000 pesos a 223.000 pesos mensuales, y se aumentará el número de beneficiarios de 1,7 millones a 2,5 millones. Además, se dará un mayor subsidio a la mujer (30 %) en la construcción de una renta vitalicia, en caso de no lograr una pensión.
  14. Se protege el ahorro pensional ya existente, que es de cerca de 405 billones, y se construye un nuevo ahorro. Se frena la caída del ahorro que hoy existe en el Fondo de Ahorro Individual por los traslados masivos de los fondos privados hacía Colpensiones, y se edifica un nuevo ahorro colectivo público (Fondo de Ahorro del Pilar Contributivo) que garantizará la pensión de los que hoy son jóvenes.

El gobierno calcula que durante el primer año de la reforma se duplicará la cobertura de adultos mayores que acceden a un ingreso en su vejez: del 24 % actual al 53 %, y en 2052 se lograría una cobertura del 87 % (más de 13,7 millones de personas mayores).

El presidente Gustavo Petro calificó de “histórica” la aprobación de la reforma, y la ponente del proyecto, la representante Martha Alfonso, dijo que “Hay un compromiso por parte de quienes apoyamos esta iniciativa para mejorar ese articulado, incluso considerando después presentar otro proyecto que ayude a pulir las cosas que se puedan enriquecer al texto que viene del Senado”. Por su parte, la ministra de Trabajo y Protección Social, Gloria Inés Ramírez, manifestó ante la plenaria de la Cámara de Representantes: “Quiero decirles, primero, gracias. Es muy satisfactorio porque vimos un proceso democrático, y cuando hablo de proceso democrático quiero acompañarlo también de ser libertario y profundamente respetuoso. Hoy le entregamos al país un proyecto de ley que ha iniciado su segunda fase, que es la del Congreso de la República; la primera fase que fue la de la construcción del proyecto. Ustedes saben que fue de mucha participación”.

En el Congreso quedan pendientes dos reformas sociales clave: la laboral (que se espera sea aprobada en primer debate por la Comisión Séptima de la Cámara de Representantes) y la nueva reforma a la salud, la más resistida pese a los acuerdos concertados con las EPS.

El hecho es que la aprobación el 14 de junio de una de las principales propuestas de reforma del actual Gobierno del Cambio, y una de las que más expectativas y polémicas ha generado, representa su primer gran victoria legislativa durante el presente año.